Estoy esperando. La gente espera mucho a que todo se solucione. Somos muchos los que esperamos de otros que la cosa se resuelva. Y, sin embargo, las cosas parecen ir a peor. Es la ley del mundo. Unos pocos deciden sobre muchos. Es lo que está pasando en Irán. Y en Ucrania. Y en todo el mundo. Los llamados políticos procuran la herida y después, la venda. Pero hay veces que la herida se les escapa a los políticos y empieza todo a desangrarse. Esta locura es la que rige hoy en el mundo. Estamos todos vendidos a los locos que hay en el poder. Ojalá no sea todo irreparable y, poco a poco, todo vaya poniéndose en el sitio que antes ocupaba tranquilamente.
Las manos trabajan, pero las alimenta la cabeza.
Todo lo que se haga sin cabeza, no tiene sentido.
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