Hay que escribir porque escribiendo mato un poco la pena. Hoy lunes, el marrón es el color que define al día, como en una canción de Sabina. Lo malo es que el color marrón se corre a casi toda la semana. Hay una inmensa capa de algodón gris que se sitúa entre el sol y mi vida, entre lo que uno quiere y lo que pasa, entre el deseo de ser feliz y las horas torcidas de un dios aturdido. Y así es cómo el poder de unos pocos se manifiesta sobre muchos. Haría falta un tropel de profetas para advertir que nos están engañando con una miseria servida fría. Y esto no para. Un camión pasa por la nacional cargado hasta los topes de un producto que no sabemos para qué sirve. Esto es la vida que nos reservan todos los días de Dios esos que saben lo que necesitamos, sin contar con nuestra libertad mil veces anhelada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario