lunes, 24 de octubre de 2022

El cielo está gris y desagradable como el olvido. Y no llueve. Si lloviera, yo no estaría tan triste. No paren las nubes más que una opresión lenta y torcida como una serpiente oscura. La vida va engarzando horas como rosquillas; una a una, me quitan la razón de andar por casa, de andar por la calle, de andar pensando en el Cielo. Pero no me abruma tanta desconsideración de los cielos y el tiempo. Todo, en su medida, va haciendo aguas. Llega la noche, turbia y esquiva y yo espero meterme en la cama ni envidiado ni envidioso, como el fraile aquel. No more lonely nights

Ir romera y volver ramera le pasa a cualquiera.


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