El conjunto de personas que yo conozco no tienen un criterio claro sobre la moral. Están secularizadas. No creen en nada. Son ignorantes de muchas cosas, de historia, de política, de nociones filosóficas, de religión, etc. Solo creen en lo que ven, en lo material. Esto supone un trato desagradable a veces porque no comparten mucho con mis creencias y mis conocimientos. Yo no pediría que fueran muy sabios, pero, por lo menos, que tuvieran el más mínimo interés por la historia de su país, por las cosas físicas y por las cosas morales del mundo. No hay nada que hacer. Solo ven la punta de sus narices. No creen. Bueno, ellos sabrán. También dicen que la ignorancia es una forma de felicidad.
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