Esto es el coño de la Bernarda. Oigo canciones antiguas en la radio. Llueve muy menudo en la calle y Pablo ya se ha ido a ver al médico. Ayer comimos paté de Champagne y yo aproveché en el súper para comprar revistas y chocolatinas para mis padres y Merly. Hay gente que no da nada, no da ni la hora ni pierde el tiempo con nadie. Tampoco lo ganan. Son viscosos como la mierda y huelen a mezquindad que tira para atrás. A este tipo de gente es mejor no acercarse. Las putas aguardan al cliente pacientemente. Las putas no engañan o sí. A veces engañan al cliente y se quedan con la pasta. Yo, de mayor, quiero ser violinista. Coño, pues yo, me iré a una isla desierta. Numerus estultium infinitus est.
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