Hay gente muy solvente en Madrid capital que hace circular el dinero, que emprende planes que procuran a la gente un beneficio, que inventa máquinas que valen para que el progreso no se pare. Son esos que van con corbata y americana y están todo el día en una oficina inventando, invirtiendo, progresando, creando, viviendo... Pero luego estamos los que sufrimos una enfermedad y no podemos inventar nada, no estamos para inventar nada, la cabeza no nos da para crear, para invertir y esas cosas. Entonces nosotros, los enfermos pasamos los lunes marrones escribiendo blogs como este y pensando continuamente cómo poder ir a la playa el año que viene. Y eso es lo que hacemos los enfermos mentales. Sufrir por envidia de esos que inventan el mundo nuevo.
Cuando una puerta se cierra, Dios abre otra.
Es solo esperar a que se abra esa otra puerta. La desgracia nunca es absoluta.
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