Poco a poco llega la noche. El que puede, cena y el que puede más, cena de cojones. La vida es amarga como la hiel o a veces no tiene más sabor que el agua. Los que me rodean ya no me importan ni yo les importo nada a ellos. Mis padres son mayores e inteligentes y trabajadores han sido los dos, un buen ejemplo. La vida, ya decíamos, es amarga y, a veces, insípida como las escamas de un lagarto. Vendrán días de hola que tal estás llamaba para ver qué te ha dicho el médico y eso. Callados estamos bien. Sin gente alrededor estamos bien. Lo peor es la hipocresía que gastan algunos. Gentuza hay en todas partes. Mejor no decir nada. Oír, ver y callar hace que lleguemos lejos.
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