Me siento un poco aislado y como temiendo algo. Han sido días un tanto inciertos desde el mes de diciembre y yo no salgo todavía de mi debilidad, de mi asombro y de mi duda. Pero bueno. Hoy vemos a la nueva médica que parece que me va a bajar la dosis para estar mejor. A lo mejor me pasa como la otra vez, que tuve ansiedad y nervios y escribí tantos blogs. Por otro lado, estoy acabando de leer "Fortunata..." Es una novela muy buena bajo mi criterio y muy larga, de casi 900 páginas. Aparecen en ella dos locos: Ido del Sagrario y Maximiliano Rubín. Fortunata se casa con este último y la cosa no puede salir peor. Las condiciones de los enfermos mentales en aquellas épocas da para pensar que los de ahora nos podemos dar con un canto en los dientes, sin ser tampoco una gloria en la que vivimos. La verdad es que los enfermos se tejen su propio lío si no siguen las consignas y mandatos de sus médicos y no viven una vida tranquila, ajena a magnificencias y locuras del deseo. Casi siempre, un enfermo mental, al final, ha de matar un poco el deseo.
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