¿Cómo diferenciar la fauna humana de Madrid capital de la de Majadahonda? En Majadahonda, esa fauna está como domesticada, sujeta a unos límites, es parecida a mí más que la de Madrid. En Madrid la fauna humana es salvaje, extrovertida, ambigua, desordenada como el manantial que nace. En Madrid la gente que se ve lleva una vida de poco normatividad, de poca regulación de la conducta. Ves a uno que sale de un portal a fumarse un cigarro. Lleva un ropaje extravagante, está en carnes tristes, viste a la moda pero también tristemente, quizás sea la juerga que lleva metida para el cuerpo, el desorden de su vida, la poca jerarquía que lleva su día a día. Come a las diez, no merienda, cena cuando puede. En fin, gente extraña. En Majadahonda, el reloj nos marca la misma hora a todos, no hay juerga, no hay vida indócil, no hay salvajismo en las costumbres. Por eso me gusta ir a Madrid. Como dice la canción es como dar un paseo por el lado salvaje de la vida pero de miranda.
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