A veces pienso en el arte de escribir y lo veo muy soso. El arte pictórico suena como más elegante. La escultura es muy impresionante. Pero escribir, ¿qué es escribir? Es una actividad correlativa al habla, eso tan común que todos los humanos hacemos. Hablar bien es un concepto ya superado. La gente se explica muy mal o regular unos con otros. El ingenio a la hora de hablar ya está infravalorado. En el Renacimiento se alababa al que escribía igual que hablaba, con sencillez y hondura. Yo lo que escribo últimamente no lo valoro suficiente, no tiene una entidad de la que estar orgulloso, no me salen cosas curiosas o ingeniosas para continuar lo que escribo, me aburre escribir. En mi obra "El profesor enfermo" procuro escribir con sencillez. Pero es que ya no me motiva escribir quizás porque pienso que no voy a sacar nada de ello, ni en dinero ni en reconocimiento. Escribir es llorar. A lo mejor porque nadie lee. O a lo mejor porque las editoriales engañan a los escritores.
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