Por las mañanas lucho con una inercia grande que supongo se debe a las pastillas que me tomo por la noche. Luego, por la tarde, las cosas fluyen más normales. Paco y yo siempre estamos de vacaciones, pero unas vacaciones aburridas. No hacemos grandes cosas en nuestro tiempo ocioso. Yo preparo la comida cuando es menester y Paco hace lavadoras. Voy a la biblioteca a leer los periódicos y algunas novelas que señalo como buenas o malas para luego cogerlas prestadas y leérmelas tranquilo en casa. Vamos a ver a unos jubilados en el parque de Colón y los martes vamos a ver a los de "tú decides", enfermos como nosotros que llevan vidas parecidas a las nuestras. Paco y yo nos hemos formado laboralmente durante 20 años: yo, de profesor y Paco, de taxista. Me cuenta Paco cosas más desagradables que otra cosa sobre las vivencias en el taxi. Yo también lo pasé mal de profesor algunos años. Somos supervivientes o somos unos afortunados. La gente puede decidir. El caso es que nunca falta algún problema por el que estar preocupados. Somos muy susceptibles con lo que nos pasa porque le damos mil vueltas al problema. La verdad es que vivimos bien.
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