Voy aceptando cada vez más la vida junto con Paco. Somos dos hermanos que han llegado a convivir sin disputas ni malos humos. Aislados, sí, pero bien avenidos. Mi familia está hecha de grupúsculos que amontonan a dos o tres personas o solo una persona. Los problemas de cada grupúsculo es, en esencia, el problema de cada grupúsculo: en los problemas de cada compartimento estanco no entra nadie. Hubo miembros de mi familia que, en mitad de un problema de Paco y de mí, robaron pertenencias nuestras que luego aparecieron. Es mejor, por lo tanto, no tener problemas porque otra parte de la familia los aprovecha para hacernos mal. Eso sucedió así y Dios castigará a esos miembros de mi familia porque Dios todo lo ve. Paco y yo tuvimos que poner remedios o impedimentos a esos dos de mi familia como poner una alarma en casa. Esos dos de mi familia pasan por ser modélicos a los ojos de los demás pero para Paco y para mí son de la peor calaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario