MOMENTOS
ESCRITOS.
Ismael
Moreno.
Noviembre
2016
Caer
bien
No
camino por senderos ni caminos.
Camino
por las horas fugaces.
No
voy a ningún lado, me parece.
Caigo
del lado del derribo.
Pero
procuro hacerlo dignamente.
Y
no caigo sin antes paladear mi soledad
Que
me hace ser humano.
Consigo
Consigo
pocas cosas
En
esta vida insulsa que yo vivo.
Pesan
como losas
Las
horas que recibo
Pero
el afán de ser mejor avivo.
Procuro
libertad
Y
hacer de mi destino una virtud
Y
mi poca verdad
Alimenta
un alud
De
ideas nacidas de mi inquietud.
Mi
vida poco ofrece
Pero
algo procuro construir,
Una
obra que crece
A
golpes de escribir
Lo
que mi imaginación sabe parir.
Sentimiento
Yo
me siento muy solo
Porque
tengo miedo a perder
Todo
lo bueno que tengo.
Es
un miedo muy grande
Quizás
a la muerte atrevida,
Quizás
a mi propio miedo.
Siempre
ando sobre aviso,
Siempre
ando con angustia
De
que lo que más quiero
Me
falte algún mal día.
Con
miedo yo vivo mal
Y
pierdo todo contento
de
vivir tranquilamente
lo
que me va sucediendo.
Pero
mi vida es así
Y
yo tengo mucho miedo
De
perder lo que más quiero.
Por
las mañanas tan grandes
Yo
me veo solo y triste
Y
con tanta soledad
Que
casi muero con ella.
Todo
lo que yo quiero
Son
mi familia y amigos
Y
temo perderlos todos
Por
un giro del destino.
Ya
sé que esto son locuras,
Que
no me quedaré solo,
Que
siempre estarán ahí,
A
mi lado, en torno de mí
Pero
el miedo que yo tengo
No
lo puedo echar fuera.
Si
yo me siento tan solo
Es
cuestión interna mía
Y
he de sufrir al demonio
Que
anda dentro de mi alma.
Sufriré
estas sensaciones
De
pérdida y desconsuelo
Hasta
que llegue la hora
En
que me quede yo solo
De
verdad o me muera.
El
mundo
El
mundo es un sitio feo
Donde
se mata al deseo.
A
él venimos desnudos
Y
en él nos vamos vistiendo
De
alegrías y de penas.
Mientras
pasa nuestra infancia
No
notamos que vivimos
Y
ya demasiado tarde
Sabemos
a qué vinimos
A
este mundo inevitable.
Nacemos
y no sabemos
El
porqué del nacimiento.
Nadie
nunca explicó
Por
qué venimos al mundo.
Tampoco
por qué morimos
Así
que este mundo es misterio
Que
alberga un raro deseo.
Deseamos
ser felices
Ya
que no sabemos nada
Y
ese deseo genuino
Lo
va matando este mundo.
El
mundo es un sitio feo
Donde
se mata el deseo.
Hay
gente que va cumpliendo
Todas
sus apetencias
Pero
como el pobretón
No
sabe por qué nació
Ni
por qué ha de morir.
Es
sitio feo este mundo
Donde
no sabemos nada
De
su maldito misterio.
No
más vivamos la vida,
No
nos hagamos preguntas
Porque
no tendrán respuesta.
Vivamos,
seamos felices
Y
volvamos a la infancia.
Barrio
Por
las calles de mi barrio
Ahora
solo andan los gatos
Son
las cuatro en mi reloj
Y
ando por las calles solo.
Es
tanta la soledad
Que
se me encoge hasta el alma
Pero
en esa soledad
Soy
el amo de mis pasos.
Yo
no podía dormir
Y
he salido de paseo
Y
me he encontrado a mí mismo
En
la plaza del deseo.
La
gente
La
gente está agria, a la gente le duele algo en el fondo de su alma.
No
saluda la gente, a la gente la cara se le rompe en una mueca triste.
No
puedo ser amable con la gente, la gente da asco.
La
gente me intenta engañar, dice adiós con la mano.
La
gente no saluda, a la gente le hacía falta un manual
De
buenas maneras o saber contestar al saludo amable
O
meterse en casa y no llenar las aceras.
A
la gente le falta una buena educación y no reírse del prójimo
En
los mercados, en la calle, en el recinto obligado de la vecindad.
Pero
me da igual la gente, la gente son esos, la gente son piojos,
La
gente dice tacos, insulta al aire, mea las esquinas y chupa un cigarro.
No
me gusta la gente de mi ciudad. Ojalá la gente fuera individuos bien formados.
Tú
A
veces la mariposa que eres tú, tan dulce
Se
convierte en la rabia que ahora me arrojas a la cara.
Tan
sin sentido.
Maldices
tu vida, insultas a las paredes, a las esquinas de las calles, insultas al sol.
Y
me quedo contigo sin entenderte.
Pero
sigo queriéndote porque debajo de esa furia
Está
la mariposa.
Si
Si
alcanzáramos la dicha de estar vivos
Sin
anuncios, sin deseos ni cosas.
Si
la vida fuera vivir solamente
Sin
otro motivo, sin otra apetencia,
Qué
felices seríamos.
Viviríamos
desnudos, viviríamos edénicos,
Viviríamos
la vida del mundo primero.
Pero
ya estamos hechos de papel y de plástico.
Somos
otros, no nosotros, que giran y giran
Alrededor
de intereses, dineros, objetos y trastos.
Ojalá
el mundo volviera a su acuerdo,
A
su acuerdo de antes, cuando todo era puro
Como
cuando éramos todos hermanos.
El
deseo aquí
El
deseo, que sobrevuela montañas,
Que
se entretiene en playas festivas,
Que
surca carreteras hacia la nada,
Está
aquí, enfrente de ladrillos habitados,
Súbitamente
triste, perdidamente desolado.
Y
quiere el deseo abrirse paso
Hacia
el mar, hacia las nubes y los dulces baobabs, bailando el son de la pura libertad.
Pero
está aquí, en medio de la torpe ciudad,
Súbitamente
triste, perdidamente desolado,
Hasta
que el sol o una mano llena de ternura
Lo
lleve hacia el mar, hacia las nubes y los dulces baobabs.
Cuadro
de hotel
Había
cinco negritos bailando.
Uno
alzaba la pierna, otro alzaba los brazos,
Eran
los cinco la libertad pura.
La
danza los envolvía en el cuadro,
Dando
viveza y son a la pintura.
Yo
miraba a los cinco, cómo bailaban
En
un baile fácil, en un baile elástico,
Poniendo
la pared patas arriba.
Era
la habitación de hotel más dinámica conocida
Gracias
a este cuadro de los negritos bailando, uno alzaba los pies, otro alzaba los
brazos
Y
yo miraba cómo los negritos bailaban felices
Sin
saber qué era el mundo,
Sin
saber más que de sus cuerpos bailando.
Mundo
grande
Maravilla
saber qué grande es el mundo
Pero
entristece no poder recorrerlo.
Las
aceras que recogen mis pasos de siempre
Le
dicen a mi alma que es pequeñita,
Que
no saldrá nunca de sus pasos contados.
Pero
el alma menuda de un hombre
Puede
guardar dentro la luz de los días,
Puede
ser tan grande como la de un viajero,
Y
puede amar tanto que consiga ser alma
De
un dios prisionero.
Amar
Amar
a las personas es ejercicio bonito.
Solo
se necesita un corazón puro
Y
confianza en el semejante.
Yo
quiero ser amigo de muchos amigos,
Dar
compañía y ayuda a los demás.
Pero
no están los tiempos de acuerdo
En
que confiemos en el de al lado.
Temores,
modernos temores al otro
Han
venido a romper ese vínculo
Que
antes nos unía a la gente.
Pero
hay que seguir insistiendo
En
querer ser amigo de otros
Y
serlo, para que Dios quiera seguir siéndolo.
Alas
Qué
malo es dar alas al que no sabe volar.
Se
queda en el suelo lamentando siempre
El
miedo que le impide alzar el vuelo.
Es
mejor no saber, no desear,
No
tener alas con que vivir el mundo
Antes
de saber y ver la maravilla
Del
azul por encima de la tierra.
Partir
Partir
de tu tierra amada,
Coger
un tren cualquiera que rompa el horizonte,
Atreverte
a estar solo en un lugar ajeno,
No
temer lo nuevo sino quererlo
Es
cuestión de la aventura,
Esa
que bulle a veces en nuestro interior
Pero
que muere en el día de la gran ciudad.
Hombres
grandes
Grandes
hombres y mujeres nos han precedido
Que
han hecho la guerra y la paz.
Han
seguido una ideología
Y
han agitado banderas y dicho discursos.
Ahora
es tiempo de entendernos
Y
no volver a crear diferencias
Como
otro ha hecho con su política cesarista,
Hace
poco.
Con
la memoria de un bando,
Con
el resurgir de fantasmas,
Un
presidente leonés
Que
no hacía más que reír
Ha
hecho de España una crisis
Difícil
todavía de resolver.
La
carretera
La
carretera nacional está ahí,
Cuajadita
de asfalto
Para
que mi coche la recorra
Este
viernes santo me esperan los kilómetros.
Infinitos
horizontes se pegarán a la ventanilla
Mientras
mi novia aprieta el acelerador.
¿Adónde
iremos?
No
sé. Lo que el combustible diga.
Mientras,
una conversación llena el mágico habitáculo frente a la aventura.
Cuchillos
envenenados en la sien
Mientras
me debato en soledad.
Vientos
en contra, locura que nace en su boca.
Voy
a decirle adiós como ella me dice que me quiere
No
siendo verdad.
Dos
lenguas he oído este tiempo, dos mentiras
Que
me han hecho de mí un títere, una flauta meliflua.
Yo
ya no sé navegar este mar de lisura y mentira,
De
falta de un viento real.
Yo
ya no sé quién eres que dices mi amor de forma
calculada.
Yo
ya no sé si te quiero, yo ya no sé de tu amor.
Mi
costado
Has
dañado gravemente mi costado,
Mi
fe más pura, los jazmines de mi alma.
Y
quieres que te dé la mano.
Has
ensuciado mi sangre, has oscurecido mi mente,
Mis
dulces armas que tenía para la vida.
Y
quieres que te dé la mano.
Para
ir juntos a ninguna parte,
Para
que a la vuelta, vuelvas a insultar mi casa.
Y
quieres que te dé la mano.
Pero
no te la daré más.
Porque
no entiendo tu lengua de artificios.
Porque
no entiendo tanta burla de mi piedad.
Porque
ya no te entiendo a ti,
Mujer
de mil inventos, mujer de mil falsos lamentos,
Mujer
que ha enredado mi dulce tiempo.
Gente
mala
Toda
la gente es mala,
Dices
mientras mascas un chicle de fresa.
Entonces
tú y yo somos malos,
Digo
yo fumándome un cigarrillo.
No,
tú y yo no, querido, y coges el chicle y lo tiras al suelo.
No
te entiendo ni creo en ti, pienso. Y arrojo la colilla lleno de temor por tu
pobre inteligencia.
Ha
sido tan sucio el trato contigo
Que
no hago más que pensar en dejarte.
Los
celos, los pocos escrúpulos que has tenido,
El
insulto pronto, la mentira, el uso de lo sagrado para amenazar.
Está
todo tan sucio en tu corazón
Que
no hago más que pensar en dejarte.
Quizás
seas buena en el fondo
Pero
no voy a esperar a averiguarlo.
La
duda camina
La
duda camina despacio como un escorpión
Pero
yo sabré hacer lo conveniente.
Pienso
una cosa y la otra, todo se arrastra.
Pero
yo sabré decir que no.
No
a tanto abuso, a tanto desorden.
La
moneda vuela ya en el cielo.
Lo
siento, cariño, sigue tu camino.
Por
las calles de Madrid
Por
las calles de Madrid,
Largas
y ajenas,
Mi
alma se perdió hace ya mucho tiempo.
Por
las calles de Madrid
Olvidé
lo que aprendí,
Por
las calles de Madrid
Se
muere un hombre tranquilo
Sin
poderse despedir.
Por
las calles de Madrid
El
tiempo se agita loco
Sin
saberse corregir.
Olvidar
Necesito
olvidar
Esa
cara bonita que me hizo tanto daño.
Necesito
olvidar tantas caricias falsas.
Necesito
que pasen uno o dos años
Sin
verla ni tocarla.
Necesito
saber que ya no la quiero.
Necesito
olvidarla.
Necesito
olvidarla.
Amor
desordenado
Las
canciones de amor se ponen sucias por la tarde
Cuando
recuerdo tus malas artes,
Tu
desorden de enamorada,
Tantos
besos que fueron aire,
Tu
amor perdido.
Las
canciones de amor parecen mentira
Cuando
tú te acercas con tristeza a mi recuerdo,
Cuando
tú bailas como los muertos
Cuando
tú ya no estás,
Cuando
todo advierte tu olvido.
Las
canciones de amor se mueren ya en los labios de los cantantes.
Qué
malo
Qué
malo es desear lo que no puede ser:
Esas
largas carreteras,
Ese
cielo infinito surcado en un avión,
Esa
plaza de una gran ciudad.
Pero
tendremos que hacer poesía del asfalto,
Encogernos
el corazón hábilmente
Para
desear lo que sí puede ser:
Ese
cafelito con los amigos,
Esos
versos escritos a media mañana,
Esa
novela que va avanzando
Y
ese cercanías que debilita el corazón
Y
le hace del tamaño conveniente.
Solo
tú
Solo
pienso en ti
Detrás
de esta vida rutinaria.
Solo
tú estás brillando
Por
las aceras duras de esta ciudad repetida.
Pero
el destino rompió el camino
Que
andábamos los dos.
Ahora
me cuesta más
Andar
por la ciudad.
Ahora
te recuerdo sin una sonrisa,
Sin
el amor de antes.
Solo
pienso en ti.
Solo
tú brillas en la desgana de las esquinas
De
esta repetida ciudad.
Repetición
Andar
sin ganas, repetir el día de antes,
No
poder coger una flor bonita.
Así
son los minutos que yo recorro solo.
Aceptar
con humildad de ermitaño
Estas
calles sin asombro, estas aceras impías,
Estos
rostros sin nombre.
Así
tengo que vivir mi vida.
Pero
la viviré porque es la que me reserva la luz de lo creado.
La
viviré porque no es mala, piense lo que piense yo.
La
viviré pues es lo que me queda después de retirar la maravilla de haber nacido.
Tú
otra vez
Esta
tristeza, esta falta de ti
Quizás
haya sido necesaria.
Tus
modales no han sido los mejores.
Pero
algún día, si nosotros lo queremos,
Volveremos
a ser dos novios que se quieren.
Te
he dejado, sí.
Tus
modales no han sido los mejores.
Pero
te recuerdo.
Te
recuerdo en mis noches y mis días
De
paso obligado por las aceras de la ciudad.
La
rutina
Me
ha salvado estos días lo que escribo.
Me
aburren los pasos repetidos,
La
rutina, la pereza, el periódico, las luces
Que
avisan de la noche.
He
escrito estos días que el mundo es odioso,
Que
mi infancia ha muerto ya muchas veces
Envuelta
en mi recuerdo melancólico.
Pero
sigues siendo tú en la distancia
Lo
que se parece a mi infancia lejana
Y
he escrito también que yo te quiero.
Rima
pobre
Son
las once de la mañana
Y
me acabo de levantar.
Hoy
es viernes pero da igual.
Un
pájaro canta insistente.
Parece
que el día no traerá emoción alguna.
Todo
está hecho hace ya muchas horas.
Resumo
en mi persona la pereza,
Las
pocas ganas de vivir
Y
la soledad.
Iré
a ver al del kiosco de la once
Para
charlar un rato.
Eso
es todo lo que me pasa en la mañana.
Móvil
en silencio
Ya
han cantado los pájaros a la madrugada
En
mis bolsillos no mires, no hay nada.
No
suena el móvil, en mi voz no hay tonada.
Estoy
solo todo el día, soy soledad amontonada.
He
dejado atrás gentes de mil maneras.
Nunca
lograrás ser el que eras.
Recorreré
como el caballo las praderas
Andaré
nuevamente las nuevas veredas.
El
tiempo nuevo será una canción nueva.
Llenar
el tiempo
Doy
pasos pero no lleno mi tiempo.
Las
horas pasan vacías.
Es
mi destino.
No
andar, quedarse quieto.
No
disfrutar, ver cómo pasa el tiempo.
No
hago planes ni para un día.
Mi
vida es plana.
Es
mi destino.
Pasa
el tiempo
Con
los rastros que deja la duda,
Los
días van pasando.
Me
azaro en el sol de abril,
Me
asusta el verano terco de luz.
No
sé de mí nada bueno.
Las
horas se confunden
En
un territorio vano.
Estoy
vacilando en la mañana
Y
por la tarde no sé quién soy.
Breve
deseo
No
avanzo, doy vueltas
Al
sol breve del deseo.
Puedo
querer, no puedo.
Me
limito a seguir el rastro de la duda.
Un
empujón, un aire tibio
Me
saca de la ilusión de ser tristeza.
Pero
pronto veo que yo no soy
Más
que la figura reducida
A
la que me somete este hoy.
Lluvia
dulce
Una
dulce lluvia cae
Y
calma mis pasiones.
La
luz ha quedado oculta
Y
con ella, mi temor al sol inquieto
Que
altera el corazón.
Ojalá
la lluvia se quedara
Unos
días en el paisaje
Para
hacerme este bien
En
el espíritu,
Este
fragor de alma sosegada.
Mira
la lluvia, su voz tranquila
De
agua que se derrama sin freno.
Mira
los charcos que rezuman
El
ofrecimiento del cielo.
Mira
el día gris cómo huye
Hacia
horizontes de caridad.
El
día ha anegado mi alma
De
un sosiego especial.
Esta
agua que ha caído
Me
ha traído un beneficio
Difícil
de olvidar.
Rayito
de luz
Apenas
la vida se disuelve en días
Que
traen su rayito de esperanza
A
los enfermos, a los necesitados
Y
a mí, que mendigo un poco de emoción.
Apenas
la vida sale de su círculo idéntico
Para
darnos satisfacción.
La
vida va andando sin mirar atrás
Para
que el pasado muera sin recuerdo.
Primavera
negada
No
muy lejos de mi habitación
Han
nacido mil lirios azules,
Unas
flores amarillas
Y
hierba, mucha hierba porque es primavera.
Pero
tú te escabulles al mes de abril,
Tú
no cantas al sol acariciador de almas.
Tú
sigues un horario mostrenco
Que
te impide ver la maravilla
De
este nacimiento de lo inaudito
Que
surge pasionalmente
Por
estas fechas agradecidas.
Mala
masa gris
A
los que padecemos de la masa gris
Nos
dan una pensión
Y
las horas enteras para que nos aburramos en ellas.
Yo
escribo para no ir detrás de las horas
Yo
cometo oraciones gramaticales
De
vez en cuando.
Yo
no tengo ganas de perder el tiempo.
Pero
padezco de una masa gris desordenada
Que
me tiene contra las cuerdas.
La
ansiedad, la angustia me acosaron
En
el puesto de trabajo
Y
me jubilaron
Y
ahora mato adverbios con saña de rencoroso.
Sueña
por favor
Sueña,
sueña con la fantasía de los locos
Que
un mundo feliz te aguarda al despertar,
Sueña
con campos llenos de flores
Sueña
con la más bella de las mujeres
Sueña
pues soñar es dado al mortal más miserable,
Al
que yace en una esquina,
Al
que le atormentan los dolores.
Sueña
que eres otro porque por la mañana
Quizás
consigas ser ese que soñaste.
Día
fantástico
La
mañana ha ardido en su enorme pira,
La
tarde se ha disuelto en su urna fabulosa.
El
día tiene un no sé qué de despedida.
La
noche ha llegado como si cualquier cosa.
Así
es la vida que va pasando,
Como
un enorme día que acaba en noche,
Como
la luz que se apaga no bien ha brotado,
Como
algo que al nacer ya sabe de su final.
La
vida y yo
La
vida va pasando conmigo y yo no deseo
Que
esa vida sea un festival de colores.
Los
libros, amigos míos, y una tarde
A
la sombra de los árboles
Ya
justifica el estar vivo.
La
vida va pasando conmigo
Y
yo no quiero
Sufrir
por ser algo que no soy.
La
tarde plácida
Amo
la tarde en calma del verano,
Esa
ligera brisa que hace vivir el cuerpo.
Amo
el mar, aunque esté lejos,
Ese
rumor continuo que calma los sentidos.
Verano
denso
Es
Julio en la ciudad.
Rodeado
de calor por todos los extremos de mi cuerpo,
Ando
de aquí para allá buscando siempre algo sublime
Que
quiero encontrar en las palabras
Pero
no encuentro nada parecido.
Solo
el reloj que continuamente va diciendo
Los
minutos que pasan.
Confianza
de ardor
La
aventura del amor a veces es algo amarga:
Deja
el corazón vacío, engañado y solitario.
Pero
si se confía en la fuerza
Que
tiene uno dentro
Podrá
llenar de nuevo
Al
corazón engañado
De
algún cariño, de alguna madrugada
Limpia
como el agua.
Es
cuestión de los otros: no siempre hay desierto
En
el corazón ajeno.
Soledad
sin hablar
Por
la acera pasa gente malhumorada.
Seguro
que mucha de esa gente son granujas
Que
no merece mi amistad.
Pero
es que yo estoy solo,
No
tengo con quién hablar.
Desearía
intercambiar
Algunas
palabras blandas con cualquiera del lugar,
Sea
este asesino, ladrón, violador de señoritas o santo de algún altar.
Pero
ya nadie se para conmigo a dialogar.
Solo
en mi pueblo dialogo cuando visito el bar.
Melancolía
del corazón
Los
días pasan tranquilos.
El
regaliz de la tarde sabe dulce y compañero.
La
noche dobla su esquina prometiendo paz.
Yo
no paseo mis penas pues mueren durante el día en la plaza, entre la gente.
Y
amanece lentamente, con la consideración propia de lo que no tiene mucha
importancia.
Sol
rico
El
sol envuelve el día como una salsa.
Andamos
doloridos por las inciertas aceras
De
la ciudad ajena.
Generalmente,
sabemos bien lo que hacemos.
Hasta
que la pregunta de la vida nos asombra con su doloroso pavor:
¿Quiénes
somos? Quizás los que pateamos el asfalto por costumbre, quizás los que no
sabemos de horizontes, quizás los que luchamos día a día por entendernos con la
vida.
Y
así, el cielo con su azul nos mirará altanero y no nos dirá nunca qué habita la
conciencia.
Pregunta
del ser
Nos
turnamos para vivir la vida o pensar en la muerte mientras miramos el cielo.
Quizás
seamos ese dolor que se queda entre nuestra triste mirada y lo que ocurre.
Pero
pronto pasa. Todo nuestro cuerpo se empecina en dar pasos de futuro.
Han
pasado muchas cosas hoy y hemos pasado nosotros también rozándonos con el
presente.
El
viento arrastra lejos el polvo del camino.
Vamos
andando, sabiendo nuestro hado por especulaciones.
No
somos ricos, tampoco pobretones.
Si
nos cansamos, paramos un momento a beber agua de la fuente.
La
frente ya se habrá partido muchas veces si llegamos a viejos.
Muerte
como descanso
No
entiendo tantas cosas de la vida
Que
esperaré a estar muerto para dejar de preguntarme
Esas
cosas de la vida.
Pero
mientras vivo, el cielo sorprendente,
Las
aguas del mar todas, esa persona que camina de frente a mí, la administración y
ese niño que juega
Hacen
que la vida sea un misterio incomprensible.
Agradablemente,
hasta ahora, incomprensible.
Jornal
del mundo
Esta
tierra ha de tener para todos,
Con
trabajo se consigue un jornal para comer.
Y
sin duda, unos padres son muy necesarios
Para
ver el mundo con ojos confiados.
El
que no tiene padres,
El
que vio en el otro
Una
ocasión para medrar
Estuvo
muy solo en el mundo
Y
sus congéneres le dieron desazón.
No
olvidemos que no todo ciudadano se crio en un hogar modelo.
Hay
ciudadanos que luchan y luchan contra los elementos siempre.
Amortiguado
presente
El
sol de la tarde amortigua la jornada
Que
nació tranquila.
La
noche cabalga a lo lejos para venir
A
elevar el día a su reflexión:
Hay
caminos que llevan lejos y hay mañana.
La
mañana con sus ruidos va avanzando.
El
trabajo se estrena pronto y bien.
Todos
hacemos lo posible
Por
que la nación produzca y crezca.
Y
así, trabajadores de todas las clases
Van
llenando las calles de esta república bendita.
El
artista remolón
El
artista quiere que su canción sea bonita,
Agrade
los oídos de los que bailan, de los que sueñan, de los que aman.
Pero
la canción sale así, como quiso la inspiración.
Y
la canción suena,
Suena
en las radios, en los bares, en las casas, suena por todo el mundo invadiendo
esquinas.
Y
el artista la oye también hasta que no parece suya.
Y
la canción coge vida en los corazones del pueblo, tras cada calle, tras cada
noche, tras cada plaza de luz.
En
autobús pasa la vida
Pasan
árboles, postes de la luz, ancianos que pasean la mañana tanteándola con su
bastón, pasan los enormes minutos de la carretera que unen cuerpos con
ciudades. Pasa mi vida en el autobús.
Cuando
llego, las puertas de un bar alojan todo el paraíso de los días. Pido un café.
Y ya voy preparado para entrar en el dulce misterio de la población que se
agazapa a mi vista de humano transitorio.
Paseo
por la ciudad. Las aceras brindan con el sol mi recorrido, van besando mis pies
tanta redonda ilusión. Hay cines, hay tiendas de chinos, hay ferreterías y un
etcétera de todo.
Me
gusta caminar por caminar, el lujo de unos pies que miran alrededor lo bien que
está hecho todo.
Piso
por donde pisan multitudes de ciudadanos como yo que viven hoy y el mañana
preocupado pero lleno de esperanza.
Y
tiendo mi mirada larga y ávida tras el hueco que ha dejado esa chica tan dulce,
de mirada sincera, de sonrisa de Dios.
Erotismo
pobre
Los
cuerpos avanzan locos de deseo.
Yo
avanzo con ellos, mirándolos.
Mi
vista aviva el meneo.
Es
increíble que existan estas mujeres.
Pero
existen. Todo concluye.
Exhibición
pobre de un sexo menor.
Andar
por andar
Ando
por las tardes hasta otra ciudad.
Me
acompañan en esos pasos el ruido de los coches que pasan, los chándals
articulados que corren, alguna chica bonita a la que miro con admiración,
ancianos que hablan de sus longevas vidas como si estiraran un acordeón,
jóvenes que vienen del instituto y van al placer que les corresponde por edad.
Y
yo ando y ando y despejo la mente contra el cielo que tengo delante y llego a
la ciudad, la otra ciudad y bebo una cerveza y vuelvo sobre mis pasos
tranquilo, evitando la excesiva felicidad y también la melancolía destructora.
Romper
la ciudad
Borracho
de aceras, fatigado de andar
Recorro
la ciudad.
He
visto tantas cosas que me da que pensar.
El
que anda mucho ve mucho, dijo el sabio Cervantes.
Yo
ando por los barrios ricos y los de mal pasar.
Y
saco la conclusión de que todo el mundo se apaña
Y
come pan.
Mi
madre me lo decía y tenía gran razón:
Tú
camina y camina, ya llegará el maná.
El
maná nunca llegó y mi madre se durmió.
Yo
solo me apuro en mi triste soledad.
Despacho
un vino en un bar.
Sigo
andando por andar.
Quizás
algún día esto tenga remedio y la mala suerte no me persiga más.
Ando
y ando sin parar, borracho de aceras,
Fatigado
de mirar.
Insomnio
triste
La
noche se abre para mí entera.
Me
ha prohibido el sueño la vida.
Cuento
lo que falta para la mañana,
Pero
aún quedan largas horas de insomnio.
Por
la ventana negra, el cielo amenaza al tiempo.
Y
así, cabalgo errante por el reloj que domina
Mi
pensamiento y ya no puedo soñar con sábanas
Que
cubran mi cuerpo.
Estoy
en un sitio donde no se duerme.
Estoy
estimulado por mis piernas que tiemblan
Con
furor de amantes tristes. No puedo dormir.
Ojos
de pena
Mis
ojos heridos se cierran intranquilos, contando levemente el renacer del camino.
Mis
ojos heridos son el telediario.
Mis
ojos heridos son la gente que pasa.
Mis
ojos heridos es la poca amistad que agoniza entre los hombres.
Hay
que seguir. Sin manos que llenar, con los ojos heridos que lloran estos días
amargos.
Hay
que seguir y batir la vida en un avance hacia la razón y la fe. Hay que seguir
siendo los mismos que ayer nos quejábamos.
Hay
que seguir hasta ver el camino que nos haga más mundo. Hay que dar pasos, mirar
al futuro, decir palabras dulces y abuenarse con uno.
Deseo
de amor
Ya
no cuento los pasos, ya no cuento historias.
Agito
mi vida como queriendo escapar.
Ando
perdido en mis años
Como
en una casa sucia y antigua.
Pero
deseo aun decir las palabras bonitas
Que
hagan reír, que críen amistad.
Deseo
ser ese que un día yo fui,
Que
iba por la vida como por una calle,
Solo
mirando y sin mirar, solo viviendo.
Deseo
que mi cuerpo me dé los placeres
Que
un mundo moderno me pueda ofrecer.
Y
deseo, sobre todo deseo que el amor no me deje,
Que
siga yo amando el día que amanece,
Que
sea feliz, cueste lo que cueste.
Yo
quieto
La
pelea empieza con el sol ya en alto.
Mira
qué garabato hace el día tan adentro.
Mira
qué montón de carreteras unen pueblos.
Yo,
sin embargo, no me muevo de la ficha,
Soy
peón que ignora el tablero de la lucha.
Pero
intento movimientos de palabras,
Deseo
decir las historias de la gente
Y
consigo unir episodios de mentiras en mi mente.
La
tarea es ingente por lo tanto y me pongo a escribir cada mañana corazones,
planetas y turbios sentimientos de papel.
Día
atrás
Me
levanto y desayuno. Echo un cigarro con el riesgo de morir de mil maneras.
Las
horas que le faltan al día ya me agotan.
El
pensamiento a veces es dolor imaginado.
Y
van pasando las horas.
Quizás
escriba en ellas el párrafo ideal.
Quizás
haya encontrado en la jornada un amigo con el que matar mi soledad.
Quizás,
mucho quizás, sea tan feliz que nada me importe.
Y
sobre todo, ha pasado otro día sin haber ido a París.
Dolor
de cabeza
Me
duele tanto la cabeza
Que
las calles me parecen epidemias colectivas.
Se
habla tanto por la tele, se dicen tantas cosas que no valen,
Que
el dolor se me extiende por el cuerpo
Mientras
somos cada vez más oscuros para el otro.
Pero,
siempre pero, porque el dolor ha de curarse.
Y
voy a tomar un café por estar cerca de la gente.
Y
me hago amigo de los que luchan contra el cáncer.
Y
me asocio con los que fotografían monumentos.
Todo
lo hago por no oír el telediario
Y
dejar de sufrir el dolor de cabeza,
El
dolor solitario de andar por la anónima acera de esos que se cruzan con el
viento.
La
duda mala
Crece
la duda a mi alrededor.
La
crean esos que tienen dos caras, esos disfraces mal hechos.
Crece
la duda y miro con un ojo alerta a mi amiga, a el discurso del político, a esa
mentira dulcificada.
Crece
la duda y la creencia muere pues poco queda en qué creer.
La
duda se pone delante de mí y me impide el paso al corazón del que ayer decía
“amigo” con la boca muy abierta.
La
duda hace que yo vacile en lo alto de mi vida pero que también aprenda quién es
uno y quién el diablo.
La
duda me hace blanco de mi propia flecha pero voy salvando obstáculos que son
mentiras.
Conformación
tenue
Mi
ánimo quieto me ayuda a entender el mundo.
Este
mundo que poco a poco me quitan.
Cuando
uno amasa años en su pensamiento, es que el mundo ha cambiado.
Pero
es bueno abuenarse con lo que hay, no todo es malo.
Yo
veo la mala educación de los más jóvenes y digo: el mundo no avanza.
Pero
si los años son más brutos, es que el mundo no precisa de códigos sociales.
Todo
lo que me enseñaron a mí no es válido en este mundo de las prisas.
El
dinero es más que Dios en este mundo, es lo primero.
Estemos
tranquilos para ver qué queda de mí en este nuevo mundo que ha venido.
Mujeres
aburridas
Hay
mujeres que se aburren porque la vida es muy larga.
Y
se apuntan a un partido político y a su ideología.
Y
la pregonan y quieren que todos sean de ese pensar.
Y
quieren la revolución. Ahora que son viejas y feas.
Y
las llaman guapas por ser de izquierdas y las halaga.
Y
son más antipáticas que un calcetín.
Y
a lo mejor son extranjeras y se cansan de ser mujeres.
Y
actúan como hombres, como hombres torpes y desaliñados.
Y
tienen un marido que las mantiene mientras ellas hacen la revolución.
Y
venden prendas usadas en un triste mercado.
Y
ya digo, no saben ni saludar. Y añoran a Lenin en líderes populistas.
Y
se creen que por ser comunistas ya son algo en la vida cuando no han sabido ser
más que la mujer de.
Otra
duda
Mi
corazón está en una duda que le parte.
No
sé si ser amigo de otro corazón que me ha herido.
No
sé si dejar que el río corra sin bañarme en él.
No
sé si esa amiga es buena compañera de mi vida.
Hay
cosas a las que no llega el perdón, como el odio que se prodiga sin razón.
Siete
años son muchos años de estar junto a una persona que ha engañado con disfraces
A
unos ojos que la han mirado inocentes.
Tristemente,
le tengo que decir adiós para siempre.
Hola,
qué tal y nada más. La Gran Vía será ese territorio que marque la despedida.
Adiós.
Solo adiós. A tanta mentira. A tanto odio escondido.
Cosas
y cosas
En
este mundo se producen cosas.
Cosas,
cosas, cosas.
Yo
soy una cosa para muchos.
Una
cosa que se desplaza, que come, una cosa.
Muchos
desean la revolución para volverlo todo del revés.
En
el revés, seguiremos siendo cosas. Cosas para la revolución.
Somos
cosas que morimos en el capitalismo, en el comunismo, en la nueva revolución
que ha de venir.
Somos
cosas. Los políticos nos ven como insectos o cosas.
Damos
pena las cosas que somos. Nos apuntamos a una asociación antialcohólica o de
enfermos mentales o del cáncer y seguimos siendo cosas.
Las
cosas no cambian. Nacen, se alimentan, se reproducen y mueren. Así siempre: con
capitalismo, con comunismo, con la nueva revolución que ha de venir.
Revolucionarios
Hay
gente que desea que todo cambie.
Quizás
quieren que todo sea gratis, no lo sé.
Desean
no trabajar y vivir bien, eso prometen y les prometen.
Lo
malo es que esa gente que desea el cambio no sabe lo que es el trabajo.
Son
gente rara, que anda con el pelo revuelto y se pasa mucho tiempo pensando una
utopía.
No
han estudiado. No han trabajado. Viven de consignas.
Su
marido o su mujer les sostiene el pensamiento revolucionario.
Muy
bien, todo el rato conspirando pero nada hecho ni por hacer.
Esos
utópicos son como los idiotas: dan muchas voces para nada.
En
su tumba quieren que ponga: yo hice todo lo que pude para cambiar el mundo.
Míralos:
tomando un café mientras hablan del nuevo che Guevara.
Míralos,
descansados mientras el pensamiento destructor de lo que hay les va a mil por
hora.
Eeuu.
Gana
Trump y pierde Clinton.
¿Qué
será de nosotros?
Tenemos
asegurada la siesta de las tres.
¿O
no?
La
vida pasará día a día, otros vendrán que de tu casa te echarán, recemos por los
muertos.
Muy
tarde es ya para las sorpresas. Muy tarde para las revoluciones. El mundo se
agita en los centros comerciales como un reptil sin sangre.
Quieren
cambiar nuestra mente, quieren cambiar el sistema pero todo el mundo sabe que
se trabaja para comer desde Adán y Eva.
No
conocemos a nadie.
La
gente no se saluda como antes, no sabemos nada del vecino. Esto es lo que ha
quedado tras varias generaciones de políticas comunistas, capitalistas y la
nueva revolución que ha de venir.
Hay
comunismo, hay capitalismo pero lo que hay son personas asustadas que no se
conocen. Eso es lo que ha conseguido la política moderna.
El
otro es un enemigo, es un problema y no alguien que pueda ayudar. El dinero
está por encima de Dios. Si se adora al dinero, ¿qué queda para el prójimo que
tienes al lado?
Todo
el mundo quiere cosas pero pocos quieren el corazón del prójimo, ser amigo del
otro.
Este
mundo es una mierda y da igual que gane Trump o Clinton. Seguirá siendo una
mierda rebozada de dinero.
Mundo
posible
Yo
quiero un mundo mejor.
Pero
que no lo haga la política.
Ni
tampoco la religión.
Que
lo hagan los corazones de los ciudadanos.
No
quiero políticos orando.
No
quiero curas rezando.
Quiero
que la gente sea capaz
De
pensar que el vecino es un amigo, un aliado.
Y
lo piense libremente
Porque
es humano
Pensar
que otro humano es tu amigo.
Ya
sé que el hombre es lobo para el hombre.
Eso
es lo que se piensa últimamente.
Es
el truco de mago
Para
que la política intervenga.
Demos
educación a los humanos,
Démosles
los libros con que pensar libremente
Y
serán capaces de distinguir un lobo de un amigo sin necesidad de los políticos.
La
deuda de la vida
La
vida va cobrándose su deuda
Y
nos va arrancando días y noches
Ya
sean penas o alegrías lo que vivamos.
Nos
vamos acercando poco a poco
Al
olvido de pagar el día postrero
Todas
las horas nuestras en el mundo.
Lo
que hay que hacer es apurar
Cada
minuto, cada suspiro
En
una fiesta eterna de risas y de cantos,
Hacer
eterno nuestro paso por la tierra.
Celebremos
la amistad como algo puro,
Como
algo que merezca la pena
Antes
de morir tristes y solos.
Eternidad
cada uno
Hagamos
de esta luz que recibimos al nacer
Algo
que resuene para siempre.
Hagamos
algo eterno y fecundo
De
la vida que se agota por momentos.
Dominar
la escena es propio de actores consumados.
La
realidad, sin embargo, es algo que se escapa de las manos.
La
realidad se piensa, se intuye, se vive pero no se domina.
La
literatura es redonda; la realidad, aguda.
Lo
real no se atrapa con palabras; lo real nos supera. Solo la ficción tiene un
final.
La
realidad es eso que pasa y que nos pasa y que no entendemos muchas veces.
La
realidad es roca dura y la novela está hecha de papel.
Chocamos
con la realidad. Nos refugiamos en las palabras y los cuentos de los abuelos.
Camino
propio.
Un
lunes difícil eché a andar
Llegué
a la costa.
Allí
me entretuve viendo el mar.
Los
kilómetros eran ya parte de mí.
El
pasado quedó atrás.
No
quería volver la vista.
Mis
ojos se llenaban de azar.
Vi
ciudades y gentes extrañas.
Mi
vida consistió en pasar.
Pasar
por un mundo desnudo
Solo
con mi caminar.
La
muerte me esperó un día
Cuando
iba camino de Bagdag.
Difícil
cabeza
Mi
cabeza no se pone de acuerdo conmigo algunas veces.
Empieza
ella sola a pensar en cosas raras.
Me
tiro tres días midiendo mis palabras.
Mi
cabeza habla sola mientras yo desayuno.
A
veces la descubro dialogando con mis enemigos.
Conversaciones
inmundas tiene mi cabeza que se repiten día tras día como una especie de motor.
Hay
gente que me habla, habla con mi cabeza.
Mi
cabeza está mal, la química la calma.
Mi
mente son sustancias que sobran o que faltan.
Mi
mente y yo vivimos claramente pendientes de unas píldoras que nos recetan los
médicos.
Mi
mente sufre a veces el mal de la locura.
Pero
yo procuro ser feliz, aun cuando mi cabeza se olvida a veces de mí.
Huida
pronta.
Si
se te tuerce la vista
Al
contemplar lo que ves,
Puedes
coger la autopista
Y
largarte a hacer puñetas.
Mientras
haces el camino
Se
te pasan unos días.
Cuando
llegas a destino
Coges
aire y a volar.
Kilómetros
y kilómetros
Hasta
ver Madagascar
Y
de allí a Nueva Zelanda
Sea
por tierra o por mar.
Cuando
tus ojos ya vean
Muchos
modos de pecar
Te
vuelves a casa pronto,
Algo
tienes que contar.
Despedida
desesperada.
Querido
amor mío:
Hace mucho tiempo que no disfruto de
tu piel de melocotón. Eso fuera sufrible si el mundo que veo siempre con ojos
inocentes de niño no fuera tan feo.
Se suma a tu ausencia tibia de
delicado perfume una forma de ser de la gente y un estado de cosas que me hace
intolerable la vida en esta ciudad.
Tus ojos verdes como el trigo
temprano los tengo en la memoria siempre para poder aceptar estos berridos de
niños idiotas, estos caprichos de adolescentes malcriados y estos desconciertos
de los contemporáneos míos tan odiados.
El sedoso cabello que cubre tu
inteligente cabeza me sirve de inspiración para olvidar todas estas
aberraciones que me rodean pero poco a poco voy cediendo al desespero más
absoluto.
Ven pronto, delicada forma,
inteligencia sublime porque yo solo no puedo con todo.
Voy a poner una fecha para sucumbir a
este mundo que me ahoga: si el uno de enero no me socorres con tu presencia, me
cortaré las venas frente a tu cuadro y de todas maneras, tú serás lo último que
yo presencia en la vida.
Firmado, tu amigo que no entiende el
mundo sin ti:
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