Ya estaba Cervantes acabando la segunda parte de su novela (que acabaría en Zaragoza con una lucha de Sansón Carrasco y Don Quijote de manera que si Don Quijote saliera derrotado, se tendría que ir a su casa y no volver a correr las aventuras) cuando aparece la noticia de que alguien ha escrito la segunda parte apócrifa del Quijote, firmada con el nombre de Avellaneda. Entonces, Cervantes decide no llevar a Don Quijote a Zaragoza sino a Barcelona, donde es derrotado en una playa de esa ciudad. Por otro lado, mientras no venga la dictadura del proletariado, que nos hará libres a todos y a todas y a todes, conformémonos con la dictadura del calor que nos iguala en penurias y en rigores atmosféricos. Para el sol no hay clases. Cae el sol sobre toda cabeza humana, sea esta burguesa o de clase baja. La dictadura del calor es, aunque no lo parezca, muy revolucionaria y podemos aceptar este autoritarismo solar hasta que venga la verdadera dictadura democrática que no es ni más ni menos que la fosa, que a todos nos acogerá algún día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario