Entre mi gripe, el exceso de calor que nos retiene en casa y el hecho de eximirnos de ir a estar con padres, esta semana la veo como un lío. Ha sido oportuno que este finde no estemos con padres pues yo estoy mal, acatarrado. Si le contagio la gripe a mi madre, sabe Dios qué pasaría. Ha sido todo muy oportuno. Y lo oportuno merece seguir repitiéndose. Yo sufría antes de ir a estar con mis padres, de ansiedad. Luego, las horas se hacía muy largas y también hacía mella la ansiedad por acabar ese finde con padres. Me estoy leyendo el tema 68: la poesía española a partir de 1940. En esos años había cartilla de racionamiento y estraperlo. Los poetas no eran bien vistos porque lo que hacía falta en España no eran los versos. Aún así, había poetas muy agradables y formales que escribían a la moda sonetos muy bien trazados. La vida en aquellos tiempos estaba hecha de haces de trigo segados en los campos hasta que apareció el primer tractor. Me gustaría saber cuándo apareció en los campos de Castilla la cosechadora que tanto hizo por la gente segadora que se deslomaba en los trigales de aquel tiempo. Parece que fue ayer.
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