sábado, 18 de junio de 2022

 A ver cómo viene julio. El año pasado, recuerdo, fue un julio muy bonancible, muy suave. En mi pueblo, alguna noche de julio, alguna gente llevaba jersecito o chaquetilla. Este año no sé qué será de nosotros pues ya el calor ha hecho su aparición antes del verano. Hay una canción que dice: qué será de Puerto Rico cuando llegue el temporal. Lo que nos espera a los pobres españoles, que ya estamos hartos de aguantar políticos cenizos quizá sea (y espero equivocarme), más olas de calor infernal. Pero tengamos la esperanza de que julio venga con tormentas, con frescores nocturnos y con el sol claudicante. La vida son días sucediéndose. Un día engendra en su seno al día posterior. Me acuerdo ahora de los pueblos pequeños que hay alrededor del mío. Con un golpe de pedal, me acercaba a esos pueblos, tomaba una coca cola y me venía con otro golpe de pedal, al mío. Eran otros veranos, veranos de partida al mus y paseo en bicicleta. La vida pasa, la vida nos abraza, la vida se oscurece.


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