Ya ha dicho el gobierno que sabe para quién trabaja y por eso va a dar 200 euros a las familias que los necesiten. La pena es que hay 3 millones de parados. Es la única reflexión que hago. Y los números del paro son buenos pero no suficientes. No se crea trabajo al ritmo adecuado. Si se creara, no hacían falta los 200 euros. A ver si viene un presidente que acabe con ese paro endémico de tantas cifras. Ese sí que sería un gran presidente. Sánchez ha visto las orejas al lobo y como tiene ganas de resistir y de perdurar en la Moncloa ya no sabe qué hacer para ganarse la simpatía de la gente. Las horas pasan para Sánchez y para el que vive en la calle y para mí. Pasan como diosas que se agotan en una luz que dan y luego se apagan. Las horas nos van dando la respuesta a tanta tiniebla que nos corroe y así avanzan y avanzan señalándonos el camino de la fosa. Ojalá pudiera yo coger un avión que me llevara a algún lugar de lujuria para los ojos, a un lugar donde estar tumbado en una hamaca y así balancearme hondamente. He hecho una tortilla de patatas, eso cuenta para muchas cosas, pero no voy a presumir. Me la voy a comer.
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