Voy a hablar de una cosa que yo llamo "párrafo mental". Consiste simplemente en que yo, cuando estaba solo, aburrido, como se puede estar al esperar al autobús o dando un paseo contemplativo por la ciudad, al observar la realidad; esto es, un viejecito, una plaza pequeña, un balcón, incluso un gesto al aire..., esa realidad provocaba en mí un estímulo que hacía que yo inventara una pequeña narración sobre esa realidad imaginada que me duraba en la cabeza un párrafo: el párrafo mental.
A este fenómeno mental ha debido de contribuir mis ganas desde que tengo uso de razón de escribir, escribir con cierto estilo.
Entonces yo, desde ese banco del parque, iba escribiendo mentalmente, con toda la precisión y calidad literaria de que era capaz, un cuentecillo sobre aquella mujer que había visto pasar o sobre el lugar mismo del parque, donde yo situaba una acción hecha de palabras pensadas.
Ya mi cabeza no fabrica eso que he llamado "párrafos mentales". He debido de perder facultades mentales.
Era una manera de entretenerme buscando un adjetivo, buscando una acción para un personaje que pasaba ante mí en la acera contraria. Pero ya no.
Ahora estoy centrado en escribir novelas desde el espacio escueto de mi habitación y ceñido a un argumento.
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