Los que no tienen más que la mañana con toda su claridad y energía de luz pero no tienen oficio ni herramientas con las que emplearse en algo. Y luego llega la tarde y es otro borbotón de luz y horas en que no hacer nada porque no tienen empleo, son muchos en España.
La crisis económica en España ha traído un montón de desempleados, de desocupados que miran la televisión con la esperanza de que se cree empleo. Y muchos ya no trabajarán en nada porque la crisis les ha llegado a una edad crítica.
Nada les satisface porque lo que ellos quieren hacer es trabajar en lo suyo. Albañiles sin poder hacer casas, ¡qué impotencia!
Y todo se vuelve en hablar de la crisis y un deseo de que las cifras vuelvan a ser amables, que la economía salga de este mal sueño de paro, carestía y mal humor.
Y en las casas se hacen números para que cuadre la comida, los estudios de los hijos y el vestir a fin de mes. Toda una odisea.
Otros ya han acudido a centros de ayuda para comer. Encima de no tener oficio alguno, pasear la indignidad de tener que pedir.
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