Qué ganas de estar al retortero y luego no querer a nadie. Eso les pasa a las almas muertas, a los que no sienten nada por nadie. La vida va dando y quitando. Los hombres van pasando por esa vida, van recibiendo y perdiendo, van haciendo cosas sin número. No he recibido hoy llamadas. Solo una insidiosa y penosa que me ha hecho pensar en el estado de algunas gentes que no saben querer. La pena se reparte muy bien entre los hombres buenos, entre los que no les queda más que aguantar y sufrir. Lo demás, los que no sufren por nada, encima están incordiando de mala manera, preguntando idioteces, metiendo la gamba constante mente y molestando a la gente de bien.
Mira cómo mola la montaña de idiotas que hay enfrente.
Ya. Se va a hacer más grande cada día, no te descuides.
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