El silencio sapientísimo dejará en nosotros una huella de eclipse de luna. Ayer me sentí solo pero ganó el Real Madrid. En la cueva, todo es de mentira, todo pasa como una figuración, un teatro breve y absurdo. La justicia divina vendrá para hacer de los hombres dos clases: los infelices y los dichosos. Sobre una sombra de mejilla bronceada y besada, va el católico mentiroso. Frenéticas bestias abismales tropiezan una y otra vez con la muerte y el desvarío. Cumplid el decálogo: os irá bien. La acera parece que se mueve con las pisadas de los viandantes, parece que huye de sí misma, parece que rompe la mañana. Entre ruinas y fábulas ando yo como un cascabel muy antiguo, de cuando se inventaron los cascabeles.
La inicial del más esbelto cuello
surge como una amiga oculta y silenciosa.
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