Como ya dije en otra ocasión, el Quijote es el 70% un diálogo. Sobre todo, claro está, entre el mismo Quijote y Sancho. Si nos fijamos, en la vida, también es importantísimo el diálogo. Yo he visto parejas que no se hablaban. Bebían, fumaban, miraban a las musarañas y no dialogaban. Duraban poco esas parejas. Pero ampliando la relación amorosa a otras relaciones (paternales, fraternales, etc.), casi todo en la vida es diálogo. Hablamos y hablamos intercambiando palabras unos con otros en un diálogo que dura toda la vida. Hay diálogos amorosos hechos de miel, hay diálogos matrimoniales hechos de cálculos y visión de futuro, hay diálogos entre hermanos hechos de igualdad y camaradería. Lo malo son los subterfugios que usan algunos al diálogo. Me refiero a casos como en los que una persona pide a otra que le diga a una tercera tal cosa. O que ese supuesto diálogo solo busque satisfacer una curiosidad insana, no una comunicación sincera. Y hay diálogos que se plantean para manipular en el que el segundo dialogante se ve en entredicho y usado. Usemos la sinceridad y la serenidad en el diálogo. Nos irá mejor en la vida.
Me ha dicho fulano que te diga que lo has hecho mal.
Pues que me lo diga fulano.
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