Hay un dolor de vivir cuando caemos en la cuenta de la edad pasada, pero no hay que preocuparse. Este paso del tiempo lo cantaron todos los poetas con Manrique a la cabeza. Cuando las obligaciones nos agobian, hay que cerrar fuerte los puños, mirar al frente a ese futuro que empieza un lunes y decir: puedo con todo, incluso con mis años pasados. La gente habita todo el orbe conocido. Todos envejecen y nosotros, más que todos los habitantes que nos rodean. Pero está el diálogo, la acción, el poderío de nuestro cuerpo y nuestra alma. Di a la vida que sí, que merece la pena vivirla aunque caigan chuzos de punta. Como decía aquel: "estoy de mierda hasta el cuello, pero me siento bien." Yo supongo que los hijos dan muchas alegrías. Yo no tengo hijos pero creo saberlo. Hay cosas que dan alegrías: busquémoslas. No hay nada como que el tiempo pase sin pensar, como un brisilla leve y amiga. Ya me he relajado un poquito más. Sé un poquito la sal y un poquito la arena y te irá bien.
Con su dicción antigua, uno cantaba un poema.
Pasó el tiempo, pasó el poema, pasamos nosotros.
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