Hoy he pasado la tarde con una familia muy tranquila. No ha habido gritos entre ellos ni malas palabras; al revés, he estado muy a gusto con ellos por la mesura de sus gestos, por la prudencia de adultos que tenían los tres niños de esta familia que iban y venían mirándolo todo y respetándolo a la vez, pudiendo sus padres estar tranquilos con ellos porque saben de esa prudencia.
Son mis primos y son muy majos. Son mis lectores de la novela que he publicado "de una monja que se mete puta".
La niña pequeña es muy maja, siempre riendo y atendiendo a sus mayores, siempre deseando que alguien se dirija a ella con una broma que le haga reír. Sus hermanos mayores la protegen, juegan con ella, la van advirtiendo.
Mis primos se ríen también, son muy guasones entre ellos dos, nos hacen gracia todos. Me lo he pasado muy bien comiendo con ellos y viendo que son un grupo unido, tranquilo, respetuoso y feliz.
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