Hay quien echa la culpa al euro, moneda por lo demás tan maleable como la peseta y abulta menos; otros, a la ineptitud de un presidente como Zapatero que promovió el derroche, la corrupción y los cargos costosos e inútiles; otros dicen que los políticos roban y no "hay para nosotros" (¡tanto roban!); otros dicen que la culpa fue de la burbuja inmobiliaria creada en el gobierno Aznar, pisos de 20 a 80, alcaldías podridas por toda España, especulación del suelo, la guerra inútil de Irak; otros llegan a decir que si no hubiera tantos coches oficiales habría mucho menos gasto; algunos aventuran que el sistema de las autonomías es erróneo porque las autonomías son otro agujero sin fondo. La mayoría advierte sin duda que España ha hecho crack como en 1898. Hay que crear otra España.
España va así, a golpes de timón que casi hunden el barco pero no es de ahora. La pena es la de vidas y futuros que se llevará por delante la ineptitud al gobernarla, la cleptocracia galopante y tanto gasto que ha habido en aeropuertos vacíos, ministerios de Igualdad y otras aventuras onerosas. Ejecuta las cosas difíciles cuando aún son fáciles.
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