Luisito preparó una lista de libros leídos para apabullar a su novia, que no había leído ninguno en su vida a sus cuarenta y dos años.
A bote pronto, le salieron trescientos cuarenta y tres libros, cuyos títulos dejó registrados en diez folios. El título que más gusto le dio recordar fue "Nuestra señora de París" de Víctor Hugo y el título más odioso fue "El extranjero" porque nunca entendió esa novela aunque la había leído cuatro veces.
A bote pronto, le salieron trescientos cuarenta y tres libros, cuyos títulos dejó registrados en diez folios. El título que más gusto le dio recordar fue "Nuestra señora de París" de Víctor Hugo y el título más odioso fue "El extranjero" porque nunca entendió esa novela aunque la había leído cuatro veces.
La novia dijo que aquello no era posible, que no había cabeza humana en que cupiera tanta literatura. "Te lo has inventado", dijo, dejando constancia de su estupidez.
"Bueno", dijo Luisito. "A mí, conque no me hagas ver la payasada de "Gran Hermano" me conformo."
Con este tipo de demostraciones de fuerza, la relación se vino abajo. Luisito encontró su verdadera media naranja y Eva María, su novia, se quedó de frente a la televisión, como una boba más.
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