Es muy común dar dos besos y preguntar por la familia de quien deseáramos lejos de nosotros. Y es muy común también que un amigo de toda la vida te niegue dos euros para el autobús cuando está cayendo una helada de perros.
Hay quien cojea de la avaricia, hay quien cojea de su falsedad que practica con la gente y todos vamos cojeando de algo mientras tomamos una cerveza con los amigos.
Es inevitable. El mundo es así y nadie puede tirar la primera piedra.
Lo que conviene es ir vadeando la hipocresía que practica la gente sin sentirse muy afectado, aceptándola como un defecto común y humano que se da con la frecuencia de salir a la calle y observarla.
Cual te veo, tal te creo. Hay que ir calando a la gente.
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