Cuando una persona se pone en plan gilipollas, plan que suele ser incomprensible para cabeza humana, lo mejor es no hacerla caso porque hagas lo que hagas, la gilipollez de esa persona no comprenderá nada, tú no comprenderás nada y la cosa se pondrá peor. Y encima, tú tendrás la culpa de todo.
Lo mejor es perder de vista a esa persona hasta que se le pase el estado de gilipollez.
Para estos casos, nada como el cine o un paseo o encontrar a una persona con la que pasar el rato pero sin contarle lo gilipollas que está esa otra persona. La gilipollez no interesa a nadie.
A lo mejor esa persona pasa por muchas fases de gilipollez y es irrecuperable. Entonces es mejor pensárselo bien y abandonar a esa persona que cae tanto en la gilipollez a que le aguante otro o que vaya a un especialista a ver qué coño le pasa en la cabeza a esa esa estúpida gilipollas.
Numerus stultium infinitus est.
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