Hoy, al taxista con el que hablo de política y tomo café le he dicho que le iba a pegar un cogotazo y le he llamado analfabeto informático. Si ve este blog, quiero pedirle disculpas.
Toda esta altanería estúpida por mi parte se debe, creo yo, a mi estado de aburrimiento y mi bajo tono vital que hace que esté irritado con la gente.
Encima, el hombre me ha invitado a café y ha apuntado esta dirección de blog, para visitarla. En vez de haber estado agradecido, he estado muy grosero.
Las opiniones de este hombre, todo hay que decirlo, son un poco arbitrarias aunque me consta que lee el periódico todos los días y procura estar informado. Hace un esfuerzo de agradecer por no soltar la primera chorrada que se le ocurre, como hacen otros.
Este hombre, a primera vista, parece un poco extravagante y descuidado pero es una gran persona. Me arrepiento de lo que le he dicho y mañana le invitaré a café y le pediré perdón en persona, que es como debe de ser.
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