Son las 15:40 de la tarde. Estaba yo comiendo cuando ha salido la noticia: la guardia civil no ha podido desalojar a unos ocupas de unos pisos en Majadahonda. Han sido recibidos a navajazos y pedradas. Después de comer, he ido a casa de mis padres. La soledad en las calles no era muy usual. Yo he querido asociar esa soledad al intento de desocupación, aunque me equivoque. El caso es que la crisis económica que atravesamos sumada a las leyes que no nos protegen (no protegen ni la propiedad privada), sumada a otras leyes chapuceras, sumada a la indigencia del gobierno y sumada a este caos en el que estamos, no apetece salir a la calle. La gente se mete en sus casas a ver qué pasa, a resguardarse de ocupas, violadores y gente mala en general pues estamos en una crisis agravada por este gobierno inepto que no sabe más que recaudar y robar del erario público. Esto es lo que está pasando. Si no hay gente en la calle quizás sea por lo temprano de la hora, después de comer, pero mosquea un poco que el silencio sea tan grande y el movimiento de las personas tan poco.
la furia incontenible de tus noches la cruel impostura de tus besos...
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