Debería haber ido hoy a Madrid a dar una vuelta pero no he ido. Me quedo la mañana en casa, tranquilo, a verlas pasar. Ya el hombre prefiere quedarse soltero por una cuestión de paz mental y por otra cuestión de que la justicia está de parte de la mujer y las mujeres y hombres no son iguales ante la ley. Parece la ley de la selva dictada por unos salvajes. No dimite nadie en el gobierno a pesar de los fallos de sus leyes. Me pondré a leer esta mañana radiante de abril de espaldas a la ventana, tumbado en el sillón y miraré el juego que hacen las hojas de los álamos de derecho y de envés, claro y oscuro, verde fuerte verde limón.
Vale más reinar con diplomacia que con las armas.
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