Dormitar y soñar una vida, vida de molusco bivalvo en la oscuridad del Océano manso como un cordero. Vivir y vivir horas de pasmo mirando por la ventana, comer y comer fragantes, eternas, dudosas vitalidades que se emancipan del gobierno de las horas y salir al fresco y salir al fresco. Hoy hace frío por la tarde y por la mañana volaban palomas al norte de nadie mientras Ulises desayuna en oleadas de soledad común parto de los topos ciegos. Hay modernidad y seis camareros que andan entre las mesas cogiendo platillos y monedas oscuras como la hez de una vaca maldita. Voy y vengo por la acera de nadie, por la luz de nadie, por el vómito de nadie.
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