Cuando me canso de andar por casa viendo la tele, fumando, fregando el suelo del baño, barriendo el pasillo, donde se acumula el polvo y las pelusas, leyendo alguna novela comprada que parece que no tiene fin, etc., me tumbo a veces en la cama y no hago nada. Bueno, sí hago. Medito. Voy pensando primero en la Plaza de España de Madrid, es lo primero que se me viene a la mente. Pero luego, en cortos episodios, en muy cortos episodios, pienso en mi pasado, en algún instituto donde yo trabajé, en alguna otra calle de Madrid donde yo estuve alguna vez, en mi hermano Paco, en Eva, en las dulces primaveras de mi pueblo en la plaza viendo las cigüeñas asoleando sus nidos, en un niño que yo vi esta mañana, en las notas conseguidas mi último año de carrera. Y se pasa el tiempo. Y yo ya he meditado. Y quizás esté yo más tranquilo. Y he hecho un poco de patria mía.
Pero ante todo piensa en esta patria,
en estos hijos que serán un día...
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