Atenea regresó al Olimpo, donde dicen que están todas las sólidas moradas de los dioses, donde el viento no castiga; donde la lluvia no llega; donde no cuaja la nieve y reina una serenidad de ambiente que no alteran las nubes y un claro esplendor envuelve las cosas; donde los dioses se regocijan sin cesar. Hasta allí se remontó la diosa de los ojos claros cuando hubo hablado con la joven doncella.
Este fragmento pertenece a la Odisea, de Homero. Ya se nota que es una descripción somera de donde habitan los dioses. Platón racionalizó esto del Olimpo y dijo que hay un reino de las Ideas puras de las que el ser humano tiene reminiscencias. Los ideales de Belleza y Bondad habitan los Cielos y el ser humano debe tender a ellos. Venga a nosotros tu Reino, decimos rezando. Ese reino será el Cielo que esperamos todos cuando cumplamos nuestra misión en la Tierra.
Caminando, caminando, se llega a Irak.
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