Este verano no voy a aguantar imposiciones de nadie y voy a estar dos semanas en julio y una semana de agosto en el pueblo. Ese es el plan que me he trazado y a ver si lo cumplo. Meterá su hocico maloliente mi hermana en lo que pueda pero no voy a hacer caso. Estoy hasta las narices de que me manden lo que hay que hacer y estoy hasta las narices de los veranos aburridos en el pueblo.
Mi familia, por otro lado, no parece una familia: una hermana desafecta con Paco y conmigo y unos sobrinos que los vemos cuatro días al año. Lo único por lo que yo lucho es por mis padres, nada más. Los demás me traen al fresco.
Este verano pasado ha sido especialmente doloroso por culpa de mi hermana, como casi siempre, y este verano no voy a permitir que se entrometa ni un ápice en lo que queramos hacer Paco, mis padres y yo. Y que no vengan con ocurrencias de gilipollas porque les mandamos a la mierda directamente a esos que sueñan con controlar, dirigir y mandar.
A la mierda con ellos. Que los den por culo a todos.
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