Había un país en el que los partidos políticos se disputaban el poder. Aprovechándose un partido de estos de la muerte de 200 personas en un atentado, logró desbancar al partido que gobernaba. El líder de este partido que se aprovechó de esas muertes ya fue con una pancarta delante aprovechándose del vertido de un petrolero en el mar para desbancar al partido gobernante. Luego hubo un accidente de un avión militar y ese partido se valió de esas muertes para atacar al partido gobernante. Este partido, llamado PUTO, se apuntaba a desgastar al gobierno sacando partido de las desgracias de la nación entera tirándoselas a la cara al partido en el poder. El PUTO era así, puto, vendido, inútil, carroñero y después, en el gobierno, dañino e ineficaz. Pero la gente votaba al PUTO.
El dirigente del PUTO que entró tras la masacre en los trenes fue un inútil a tiempo completo. Dejó al país en la ruina. Pero siempre había buitres dentro del PUTO y salió otro que era parecido al anterior. Y llegó el coronavirus y fue penoso verle salir por la televisión confundiendo a Dios y su madre. EL PUTO se unió a Jodemos, otro partido carroñero parecido al PUTO y los dos hicieron la Pascua a los ingenuos habitantes del país que los votó.
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