Al principio del confinamiento, en la radio, yo oía a personajes de la vida cultural o de otras instituciones, decir que de este encierro saldríamos los seres humanos más solidarios, mejores personas, nos miraríamos al interior y esa serie de cosas. Lo que saldremos es de los nervios y con un cabreo grande por la gestión de esta crisis. Le ha venido grande esta crisis a los dos socios de gobierno; uno, preocupado por cambiar el sistema y otro preocupado por su imagen porque no tiene más que imagen. Son los dos un producto de marketing político de chicha y nabo.
Resulta que leo El Mundo y dicen en él que el gobierno ha intentado engañar a Bruselas con eso del déficit. Pues sí, que sigan engañando a ver como les va con tanto engaño. A mí me parece que dejarán la mierda flotando y ni tirarán de la cadena, como ya hizo el espeluznante Zp. A mí lo que me deja alucinado es cómo han vuelto a votar al Psoe después de lo del terrorífico Zp.
En fin. Luego habla el periódico de lo de la salida de los niños: Sánchez dice que saldrán los niños y una periodista le pregunta hasta qué edad. Sánchez no sabe contestar. Luego le pregunta que cuánto tiempo podrán estar en la calle y tampoco sabe contestar para luego decir que la salida a la calle es para ir al supermercado. Qué gobierno más cutre. Ni en una cosa tan sencilla está coordinado.
18 ministros, nada más y nada menos, que la mesa asemeja pesebre y pesebre es. Y ninguno vale para gran cosa.
Carlos Herrera, en la COPE, no solo critica. También resalta las cosas buenas que van haciendo pero las malas cosas pueden más que las buenas y así le va a este gobierno.
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