Ya llevamos 24 días de confinamiento en casa. Los hospitales ya funcionan de manera más tranquila. Será cuestión de unas semanas para que volvamos a salir a la calle. Van a hacer una prueba con 62.000 test por los hogares de toda España. Si hay muchos positivos a lo mejor habrá que quedarse más tiempo en casa, pero si no, a lo mejor, empezamos a salir escalonadamente.
Todo empezó un sábado por la noche con la proclamación del estado de alerta. Al domingo siguiente, ya estábamos todos en casa. Ese domingo creo que comimos con nuestros padres. Luego, fuimos a visitar un jueves a la psiquiatra y nos dio unos consejos sobre nuestros padres y ya no volvimos a verlos más que para llevarles el pan.
Ha habido un par de semanas en que las noticias eran angustiosas, casi se notaban en mi propia carne: los hospitales abarrotados, en los pasillos los enfermos, los sanitarios pidiendo recursos e infectándose con el virus. Las altas hospitalarias iban en aumento, sin embargo, pero se oía hablar de muchas muertes de ancianos en los hospitales y en las residencias. A estas alturas, la alarma baja.
Esperemos que pronto podamos salir a la calle y yo me pueda pasear a Las Rozas o ir a algún sitio a cenar.
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