Hoy ha venido el frío y no he ido a andar a Las Rozas. A cambio, he estado tumbado en la cama esas difíciles horas de 15 a 16 del día. He quedado con Fede a las 17. A ver qué me cuenta. No he sabido de él ni de Susana en todo el finde. A veces no es muy llevadero esto de la enfermedad mental. Enfermo de la mente. Qué chungo. Me siento deprimido quizás por el frío o la crisis económica o el tiempo este que está de revuelta constante. No lo sé. El caso es que no tengo más que ideas tristes que se me revuelven en la cabeza. Enfermo de la mente. Me dan mucha envidia aquellos que, aunque vengan mal dadas, conservan el espíritu sereno. Me asombro de Fede. Es enfermo de la mente, pero no se deprime, no tiene altibajos emocionales, no sufre. A veces pienso que ya no habrá novedad en mi vida, siempre lo mismo.
Era tan entusiasta que veía el telediario comiendo palomitas.
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