A mí esto de los Goya me parece lo de Juan Palomo: ellos se llevan las subvenciones y ellos se llevan los premios. Además, los actores tienen una pinta de pijos que espanta. Ya dicho esto, voy a hablar de algo interesante: ¿por qué la mayoría de la gente es infeliz? Hay gente que, sin saberlo, trabaja para los bancos, pagando y pagando y se le queda cara de tonto. Y de infeliz. Hay gente que ha sufrido una, como se le suele llamar, pérdida irreparable. Y se siente infeliz. Pero no por ella, que sigue viviendo, sino por pensar demasiado en esa persona que perdió. La vida son dos días y también es un tango. Hay que saber bailar la vida. Aquellos que son fuertes, sobreviven, según la ley de la evolución de Darwin. No nos podemos quedar pensando mucho en las musarañas porque estas se nos caen encima. Hay que seguir viviendo y como digo yo, la vida es el instrumento que tenemos para ser felices. Hagamos que la vida se doblegue a nuestra felicidad, no que nuestra felicidad se la trague nuestra vida. La vida son horas que van pasando, así como las vivas, disfrutarás del espectáculo de la vida o te pillarás la depresión. Lo mejor, algunas veces, es hacer como que la vida no nos afecta pero la felicidad que queremos nos pille de lleno y sonriamos por las horas y el día que vamos a vivir. Para ello, es fundamental el buen humor que nunca, nunca, nunca ha de perderse, aunque este humor sea humor negro. Hay que reírse de los bancos, de la gente que pasa, de nosotros mismos en definitiva porque así pasa la vida más dócil que si lloramos por ella.
No hay ningún amigo por la fuerza.
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