El otro día Azucena, una voluntaria de "tú decides", alabó el libro que escribí titulado "El profesor enfermo". Me vino muy bien pues yo andaba desanimado. Luego hubo una reunión muy fructífera sobre la poesía. Estuvo todo muy bien. Hoy me he levantado tarde, a las 11:00. Para lo que tengo que hacer ya vale. Ni la vida me sonríe ni me puedo relajar. Estoy intentando fumar menos. Me estoy leyendo "Los incomprendidos", de Pedro Simón. Está muy bien escrita esta novela de una familia con hija adoptiva. La compré en El Escorial el domingo pasado, que fuimos Paco y yo a comer. Ya ha pasado otra semana, menuda rapidez que lleva el mundo que rueda y rueda sin parar, se diferencia del hombre que no sabe recular.
La lluvia de lágrimas es necesaria para la cosecha del conocimiento.
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