Yo, a la gente que he criticado anteriormente en este blog, casi ni la conozco, casi no la veo. Así que es como si no existiera para mí. Las obsesiones que tenga con ella no hay que darle importancia por tratarse de una crítica que parte de una persona obsesiva y por el desconocimiento que yo tengo e esas personas. Pero esas personas tienen el mismo desconocimiento de mi persona o más pues tampoco juzgan o saben juzgar la enfermedad mental que padezco. O sea, que yo tengo una excusa, aunque hay personas que no juzguen esta enfermedad como excusa para las obsesiones que tengo. Pero escribirlas me relaja y me desahoga de tenerlas rondando por la cabeza. Lo que a una persona normal le dura un pensamiento cinco minutos, a mí me puede durar un día. Pero eso no se ve. La cojera o la ceguedad de una persona sí se ve y se juzga como una penuria. La enfermedad mental no se ve porque hay que indagar un poco y preguntar y la gente que me rodea ni indaga ni pregunta nada. Yo tampoco pregunto de qué van esas personas y cuando me obsesiono, me equivoco con ellas como ellas se equivocan conmigo pensando quizás que yo tengo un chollo. Un chollo habría sido no haber padecido esta enfermedad y haber vivido mi vida normal.
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