Mis padres están viendo una imponente corrida de toros. Yo leo a Azorín. Paco se fuma un cigarrillo a la puerta del garaje y sube a verlos (a mis padres y a los toros). Azorín fue un tipo muy listo que supo lidiar como un torero a la vida caprichosa. No sabía si mi hermana estaba en el pueblo o Majadahonda y la he llamado. Me ha dicho que "está aquí". Supongo que aquí es Majadahonda pero hay mucho misterio, mucho misterio. No sé de mi familia casi nada. Solo sé que tengo hermana y sobrinos pero no sé nada de sus andanzas. Bueno, casi, a lo mejor es no saberlas (las andanzas). "Las andanzas de don Perico el Ojotuerto" es una novela muy entretenida del siglo XIX de unos hermanos que se van a recorrer el mundo ellos solos sin decir que se van ni escriben una mísera carta a sus padres. Sus padres mueren y no sabe nadie dónde están sus hijos. La herencia se la lleva la iglesia. Vienen los hijos que habían estado en América vendiendo caramelos y se quedan sin herencia. Ojotuerto es uno de los hermanos que no tiene más remedio que mendigar y ahí empieza la verdadera historia de esa novela. Qué triste, dirán unos; qué ejemplarizante, dirán otros. En fin: nadie se pone de acuerdo.
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