Los que intentan apabullar con su presencia silenciosa, con su callado malestar y con su encubrimiento de las cosas, esos te amargan el día. Es mejor pasar la tarde con un amigo al que le cuentas de todo un poco y con libertad que con uno de estos que juega con la información como el perro y el gato y te escabulle sus sentimientos y no te habla claro. E impone unas maneras escondidas e imprecisas al contarte las cosas y en su fondo se ve que no persigue comunicarse con tu alma, sino solo con las cosas materiales de este mundo porque no entiende otra manera de entender las cosas que por su materialismo y el interés. Solo le mueve el interés. El egoísmo es su primer mandamiento y te lo hace saber todos los días de su vida que estás a su lado. Como ese egoísmo no se ve colmado nunca, este individuo está siempre insatisfecho y rabioso con su vida y te pega esa rabia y esa insatisfacción a ti, que no tienes culpa de los sentimientos erróneos de este individuo. Pero antes de tener lástima o malhumor acerca de este tipo, es mejor no pensar siquiera en él porque prácticamente es una nulidad en su vida ya que nunca conseguirá lo que quiere. Como dice Víctor Hugo: "buscad a las almas y no a lo material y así os podréis encontrar con ellas en algún lado". Pero no. Estos tipos solo ven la materia, el vil metal.
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