El tablero de ajedrez tiene menos piezas pero la partida avanza. Aquel hombre no tuvo nunca historia. Era un número en la ingente sociedad de los desconocidos. Qué chirridos fantasmas anuncian que todo se acaba, anuncian que está triste la formación de las rosas en el jardín. El mar me dice que hay una presencia, que no todo es aviso de renuncia. Las apretadas raíces de los árboles recobran el recreo de la conciencia. Amar es la solución siempre pero la serpiente del rencor ya ha picado hondo en las venas de la masa sin música. Dejad al mar que surja de lo hondo para que surta de luz acuosa la luna lánguida del otoño umbroso. No me doy a la razón de que la gente sea tan terca en su error. Es igual. Debo andar. Estoy gordo. Debo caminar para organizar el pensamiento.
No es el dibujo exacto de la furia y la ignorancia.
Es casi la encarnación de la estupidez que gira y gira.
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