He estado en las fiestas con un amigo y con mi novia. No tenían ninguno dinero. Hace falta ser tonto. Pero más tonto he sido yo por invitarles unas patatas asadas a cinco pavos cada una. Lo que se va por lo que se viene. Este amigo mío no trabaja, cobra un subsidio. Le he dicho que en una tienda de frutas se precisaba un reponedor- cajero. Se ha tirado el cartel dos meses y no ha acudido candidato. Entre subsidios y dinero negro en España, ya no se quiere trabajo como tal, deduzco. Trabajo hay, mal pagado quizás pero lo que hay es mucho subsidio y chapuza. Y mucha gente como mi amigo, que no se emplea y tiene treinta y cinco años, que no es un viejo. Así vamos mal, no salimos del hoyo. Los refranes dicen muchas verdades y dice uno que el que de joven no trabaja, de viejo duerme en la paja. Cuando Helmut Koll (creo que se escribe así) vino a la España felipista dijo que se estaba creando un ejército de vagos en nuestro país. El cuento sigue igual y a mayores pero si yo tengo ahora veinticinco años me rompo los cuernos por un trabajo como me los rompí en su día.
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