Me obligo a escribir porque quizás
sea la mejor manera de pasar el rato
como decía Baroja.
Acuño en letras negras un pensamiento burdo
y quiero que suene bien esto de ir diciendo
que me siento mal,
que no hay por donde mirar
a este mundo que da vueltas.
A veces pienso en las cabezas humanas que pueblan el planeta
lo poco que razonan, lo mucho que loquean.
Los inventos nos vuelven gilipollas,
los niños tiranizan a sus padres,
la cocacola nos da un respiro de burbujas y miel,
los asesinos y ladrones siguen en la calle
mandando, qué triste.
Insultos a la razón y a la justicia, todos los días.
A ver en qué acabará esto, dicen los viejos del lugar.
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