viernes, 1 de agosto de 2025

 Había una luna excéntrica enredada en las hojas del cedro de mi ventana. Mi hermano se aisló del mundo y eso siempre le ha venido mal. Ha ido al hoyo cada vez que se metía en casa y decía de los demás improperios a cada cual más feo de oír. Esperemos que, con las medidas tomadas, la vida de mi hermano se vea beneficiada y salga a la calle a ver a Bla, bla, bla, a ver a pelo pincho y a Rufino y a Moha y a Alfonso y a Iván y a Santi. El color de la vida se aprecia también en un gusano, en una carátula de araña, en un viento frío, en los calzoncillos de un soltero.

Mira por dónde viene el exquisito:

se come lo que le prepara su mujer y no se mancha ni una mota.

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