Ayer por la mañana me encontré con Paco el de Ceuta, Alejandro y Alonso, que iban a las loterías, a mi sobrino Carlos con sus hijos, al coyote, a Carlos el gallego y a Antonio. A mi padre y a Eva. Todo ello en la Gran Vía. Hoy, sin embargo, solo he visto a Ángel bla, bla, bla. Los días no salen como uno quiere, sino como el destino te tiene hecha la trampa. Los días son como regalos inesperados a veces y otras como un garrotazo inmisericorde. Las gentes van y vienen y a veces se cruzan en tu vida inesperadamente. A ver si mañana sale todo bien y me encuentro con la dicha y no el desastre.
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