martes, 19 de agosto de 2025

 A mi modo de ver, el matrimonio es un juego de poder, de mandamases, de expandir la personalidad de uno a costa del otro. Hay gente que se ha casado o juntado que ha perdido toda su voluntad en la del otro. Y toda su forma de ser que tenía antes. Si era generoso, se ha vuelto rácano, como su pareja. Si fumaba, ha dejado de fumar, como su pareja. Si era sociable y amable con los demás, ya no lo es, como su pareja y se mete en casa y no ve a nadie. Si le gustaba pasear, ya no pasea porque su pareja tampoco lo hace. De correcalles, se vuelven hogareños. De ser alguien, pasan a no parecer nadie, de lo opacada que queda su imagen pública por la pareja. Te casaste, la cagaste. Te casaste, te han vuelto como un calcetín.

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